Nacionalidad: Mexicana
Grado académico: Maestría en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos
2992-7293
¹Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Parasitología Veterinaria, INIFAP, Jiutepec, Morelos.
Introducción
Los animales domésticos se encuentran expuestos a numerosos microorganismos, dentro de los cuales los hemoparásitos agrupan una gran cantidad de agentes etiológicos de enfermedades de trascendencia para la salud animal (Rodríguez et al., 2000). Una de estas enfermedades es la babesiosis bovina que es causada por protozoarios intraeritrocíticos del género Babesia, la cual es transmitida por la garrapata Rhipicephalus (Boophilus) spp. cuya distribución es muy amplia en las regiones tropicales y subtropicales del mundo (Bock et al., 2004). En México, la babesiosis es causada por las especies B. bovis y B. bigemina. Los principales signos clínicos son hemoglobinuria, ictericia, anemia, fiebre, debilidad, apatía, anorexia, aborto, deshidratación y finalmente puede llegar a la muerte (Bock et al., 2004; Florin et al., 2014). En cuanto a la signología existen variaciones según la especie, en la causada por B. bovis la presentación es virulenta y se caracteriza por fiebre alta, ataxia, anorexia, shock circulatorio general y en ocasiones signos nerviosos asociados al secuestro de eritrocitos infectados en los capilares cerebrales (Vial y Gorenflot, 2006; Mtshali et al., 2013). Mientras que en infecciones por B. bigemina hay fiebre, hemoglobinuria y anemia (Cantó et al., 2003, Figueroa et al., 1998). Por lo antes mencionado esta enfermedad se considera uno de los factores que limita la salud para el desarrollo de la ganadería en las regiones tropicales y subtropicales de México y de otros países del mundo, debido a su distribución la cual se delimita por la presencia de su vector el cual está relacionado a factores ambientales como temperatura, humedad relativa y la cobertura de vegetación, entre otros factores (Cantú y García, 2013). Las regiones tropicales y subtropicales de nuestro país representan un 53 % del territorio nacional. En donde más del 75% de la ganadería bovina se encuentra en estas regiones (Bautista y Martínez, 2012), es decir, del inventario nacional de 33.5 millones de cabezas de bovinos aproximadamente, 25.1 millones se encuentran en áreas de alta endemicidad. En el 2016 se realizó una estimación por pérdidas económicas diarias, generadas por la disminución en producción láctea, debido a la presencia de Rhipicephalus (Boophilus) microplus, siendo éstas del orden de US$ 68?878,694. Mientras que las pérdidas en animales de engorda encastados en el trópico de nuestro país (Bos indicus x Bos Taurus) se estimaron en US$ 504?729,382 por infestaciones del vector (Rodríguez et al., 2017). Estamos hablando de grandes pérdidas económicas solo por la presencia del vector, sin embargo, no existe una estimación nacional actualizada por pérdidas generadas por la babesiosis bovina.
Actualmente las enfermedades parasitarias e infecciosas transmitidas por garrapatas e insectos hematófagos, son calificadas como problemas de alto impacto económico en la producción ganadera del trópico en el mundo, la babesiosis está incluida en esa consideración (Cipolini et al., 2003; Ríos et al., 2010).
Por otro lado, en la actualidad se sabe que el Cambio Climático aumenta el riesgo de incidencia de los procesos parasitarios e infecciosos de enfermedades emergentes y reemergentes, cuyos agentes etiológicos o sus vectores, tengan una estrecha relación con el clima, (Summers, 2009). Es por eso que en este escrito se puntualizará brevemente la importancia del cambio climático con la presencia de la babesiosis bovina en México.
Etiología
La babesiosis bovina es causada por protozoarios intraeritrocíticos del género Babesia, en México las especies con importancia son B. bovis y/o B. bigemina (Figura 1). Ambas son transmitidas por la garrapata Rhipicephalus (Boophilus) microplus (Figura 2), (Zapata et al., 2011). El género Babesia se caracteriza por la presencia de un complejo apical y un citoesqueleto distinto y único al de otros eucariontes (Chauvin et al., 2009).
Clasificación taxonómica de Babesia spp.
Reino Protista
Subreino Protozoa
Phylum Apicomplexa
Subclase II Sporozoa
Orden Piroplasmida
Familia Babesiidae
Género Babesia
(Levine et al., 1980).
Epizootiología
La epizootiología como su etimología lo indica (del griego episobre, zoon- animal, logos- tratado), se encarga de estudiar el origen, desarrollo y extinción de una enfermedad, así como los factores que influyen en crear, proteger, mejorar y recuperar la salud de los animales a nivel poblacional (Kouba, 1987).
En la babesiosis la presentación de brotes depende del efecto que exista entre las interacciones del vector Rhipicephalus (Boophilus) spp, del parásito Babesia spp. y del hospedero bovino (Rojas et al., 2004). En esta enfermedad es fundamental reconocer la situación de la estabilidad de hato en una región, que está determinada por distintos factores intrínsecos de cada uno de los elementos de la triada epidemiológica, tales como raza, edad, cambios climáticos, manejo nutricional, virulencia de las cepas de Babesia, etc. (Guimarães et al., 2011). Por ejemplo, se sabe que el ganado Bos taurus tiene mayor probabilidad de infestarse con garrapatas y por lo tanto a infectarse con Babesia spp., mientras que el Bos indicus es naturalmente más resistente. También se reconoce que los becerros son resistentes a la presentación clínica (Mahoney et al., 1981; Solis et al., 1998; Vieiria y Sastre, 2007; Guimarães et al., 2011). La transmisión puede llegar a un estado de equilibrio entre el número de vectores, la tasa de inoculación del parásito y la apropiada respuesta inmune del bovino, lo cual, clasifica a un proceso de estabilidad enzoótica, que se refleja en la ausencia de casos clínicos (Ríos et al., 2010; Zapata et al., 2011). En caso contrario cuando la tasa de inoculación no es lo suficientemente elevada para asegurar una transmisión continua del parásito entre el vector y la población animal, entonces pueden resultar brotes de babesiosis (Ramírez et al., 1997; Quijada et al., 1998). Ese conocimiento ha permitido clasificar en cinco zonas o situaciones epidemiológicas con base en la frecuencia de seropositividad (Solorio y Rodríguez, 1997; Regassa, 2001; Vaca et al., 2010; Guimarães et al., 2011).
1) Estabilidad enzoótica (81-100% de seropositividad).
2) Cercano a una estabilidad enzoótica (61-80% de seropositividad).
3) Inestabilidad enzoótica (21-60% de seropositividad).
4) Mínima inestabilidad enzoótica (1- 20% de seropositividad).
5) Situación libre de enfermedad (0% de seropositividad).
En México se ha estimado una tasa de seropositividad de babesiosis en distintas regiones ganaderas, que varían del 20% al 96%, determinados mediante IFI (Inmunofluorescencia indirecta) (Fernández et al., 1995; Quijada et al., 1998; Álvarez y Figueroa 2006, Santamaria, 2015). Es importante recalcar que el cambio climático puede llegar a modificar la distribución y frecuencia de las garrapatas como resultado de los cambios en las condiciones de temperatura y humedad, haciendo que regiones que previamente no eran favorables para la supervivencia de las fases no parasíticas en el suelo, ahora se encuentren dentro del preferendum requerido para cada especie de garrapata.
¿Qué es el cambio climático?
El cambio climático es el resultado del incremento promedio de las temperaturas del aire y de los océanos. Como consecuencia de ello, los patrones de lluvia y temperatura cambiante en las diferentes regiones, entre otros, tienen y tendrán significativos efectos en los problemas de salud animal y se ha resaltado especialmente en las enfermedades animales transmitidas por vectores (Pinto et al., 2008).
Distribución de Rhipicephalus (Boophilus) spp. y el cambio climático
Las garrapatas son ectoparásitos hematófagos que regulan su temperatura corporal de acuerdo con la temperatura de su ambiente inmediato y, por tanto, son sensibles a los cambios ambientales, de manera que pequeñas variaciones sobre el promedio de temperatura, humedad, brillo solar, también ha sido registrada en altitudes que oscilan entre 0 y 2.600 metros sobre el nivel del mar (msnm), . Cuando tradicionalmente se mencionaba que no prevalecía en altitudes de más de 1600 (msnm), estos factores pueden ser suficientes para afectar su abundancia y distribución (Cortes, 2010). Rhipicephalus (Boophilus) microplus normalmente se distribuye a nivel mundial en las regiones tropicales y subtropicales. Esta garrapata es endémica en el subcontinente indio, gran parte de Asia tropical y subtropical, el nordeste de Australia, Madagascar, el sudeste de África, el Caribe, México (Figura 3) y varios países en América Central y del Sur. Ha sido erradicada de EE.UU., pero algunas veces se le puede encontrar en Texas o California en la zona de cuarentena que sirve como área de amortiguamiento en la frontera con México.
Desde la perspectiva del cambio climático, las garrapatas son parásitos de gran interés; por un lado, por la dependencia a las condiciones del ambiente para supervivencia y ciclo de vida, y también por la necesidad del huésped obligado (en este caso particular, los bovinos) (Léger et al., 2013). Existen reportes en México donde ya hay efectos del cambio climático respecto a la presencia de esta garrapata, es decir, regiones que antes se consideraban desfavorables para las garrapatas, están ahora ingresando a los mapas de distribución, y debido a la relación del vector con la distribución de los hemoparásitos, se vislumbra una situación potencial de inestabilidad enzoótica para los hemoparásitos en poblaciones de animales susceptibles (Garza, 2007). Tomando como base la temperatura media anual nacional (28.4ºC), se logra observar como la temperatura asciende (?29ºC.) a partir de 1993 hasta la última fecha registrada en 2008 (Grafica 1), datos importantes que favorecen la distribución de la garrapata, por lo tanto, es posible que esto genere posibles situaciones de inestabilidad enzoótica.
Conclusión
Actualmente, muchas enfermedades incluidas las transmitidas por vectores están cambiando su frecuencia y distribución hacia áreas periurbanas y no endémicas, debido a cuestiones del cambio climático. Es por ello que conociendo las condiciones idóneas que requieren las garrapatas para su sobrevivencia, es indispensable considerar un control estratégico. De esta manera se podría disminuir la presencia de Babesiosis bovina en áreas de baja estabilidad enzootica. Debido a que en el caso de incrementarse la distribución de la garrapata Rhipicephalus (Boophilus) microplus a nuevas áreas, esto terminará en ocurrencia de brotes esporádicos o frecuentes de esta enfermedad, con repercusiones en mortalidad y morbilidad, dependiendo de la inmunidad previa de la población animal a los hemoparásitos y la distribución de grupos de edad en la población. Así mismo se deben integrar previsiones y análisis meteorológicos en los sistemas de detección.
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