Nacionalidad: Mexicana
Grado académico:
2992-7293
Aunque revisar los consumos de agua y alimento pudiera ser un procedimiento que se valida día a día en nuestras granjas, ¿entendemos o comprendemos las variables intrínsecas del lechón y su relación con el ambiente para que estos consumos se puedan cumplir en la manera que esperamos?
Definiendo las diferencias entre los conceptos “entender” y “comprender” de manera muy general; entender requiere percibir el significado de algo, aunque no se comprenda. Por el contrario, comprender implica hacer propio lo que se entiende y actuar en consecuencia…
El objetivo de este escrito será aterrizar de la manera más práctica (en percepción de los autores), la comprensión de estos puntos con la finalidad de establecer procedimientos de manejo en granja y poder hacer frente de la mejor manera al desafío del destete.
¿Por qué es tan crítico el periodo de destete para nuestros animales?
Una de las características principales de nuestros animales al momento del destete será un pobre desarrollo de órganos y una actividad baja de secreciones digestivas enfocadas principalmente a la digestión de nutrientes de la leche (Mariscal et al., 2007). El destete se encontrará ligado a desórdenes digestivos asociados a fuertes cambios en la estructura y función del tracto gastrointestinal (TGI), mismos que generarán deficiencias en el comportamiento productivo de los animales, encontrando reducidos consumos de alimento y por lo tanto, limitadas ganancias de peso, al igual que una mayor susceptibilidad a agentes patógenos (Montagne, L., 2006)
Adicional a la situación de estrés generada por el cambio de alimentación, el destete ocasionará una respuesta de estrés agudo debido a los cambios ambientales y sociales a los que nuestros animales se expondrán. La separación de su madre, el viaje de traslado, el alojamiento en nuevas instalaciones y la convivencia con lechones extraños, con los que tendrá que pelear para determinar posiciones de jerarquía en su corral, presentarán una reducción en el desempeño productivo, además de diversas respuestas fisiológicas y patológicas (Mota et al., 2014).
Comprendiendo el consumo de agua del lechón recién destetado.
Uno de los cambios más importantes para el lechón al momento del destete será la forma en la que recibirá líquidos. Nuestro recién destetado tendrá que modificar rápidamente su comportamiento de beber leche caliente de un pezón “privado” de su madre, a compartir un aparato de metal frío, que únicamente le aportará agua, por lo que el lechón deberá aprender abruptamente a reconocer la diferencia entre saciar por separado su hambre y sed.
“Para comprender la importancia del consumo de agua, debemos tener en cuenta que el cerdo es considerado un bebedor al momento de alimentarse. Cerca del 75% del agua que consume un cerdo se beberá en los minutos previos o posteriores al consumo de alimento (Dybker et al., 2006), por lo que podríamos decir que el tiempo que un lechón toma para beber agua se correlacionará positivamente con el tiempo que este pasará en comedero.
Considerando lo anterior, la accesibilidad de los bebederos y presentación de agua en estos será relevante. Barber et al., 1989 determinaron que los lechones presentan un mayor consumo de agua después de dos días posteriores al destete, adjudicando este comportamiento a la dificultad que los lechones pudieron tener para encontrar las fuentes de agua. Por lo que deberíamos aprovechar el comportamiento natural de exploración de los cerdos para llamar su atención a los bebederos ubicados en los corrales.
Existen manejos que buscan incrementar el acceso a recursos (agua y alimento) de manera conjunta. La alimentación en “papilla” es una práctica común en unidades comerciales y este manejo ha probado tener beneficios productivos en los lechones en este periodo corto de tiempo (Corrigan, 2000). Sin embargo, no debemos perder el foco, pues nos encontramos en una fase en la que buscamos alentar el consumo de alimento seco, por lo que la cobertura de nutrientes al cerdo mediante este manejo buscará ser mínima. Nadie, en ninguna granja, desea tener dos periodos de transición una vez que termina el consumo de alimento en papilla.
Referente a los tipos de bebedero, Torrey y Widowski (2004) encontraron desempeños productivos similares a los 19d postdestete al comparar bebederos de tipo cazoleta o bowl con bebederos de tipo chupón. Como punto muy importante, los autores reportaron un uso de agua (L/d) por cerdo tres veces mayor para lechones que utilizaron un bebedero tipo chupón. El punto anterior remarca la importancia y obligación que tenemos de hacer un uso responsable del agua, ya que un factor tan pequeño puede aportar grandes beneficios en el uso consciente de los recursos.
En cuanto al flujo de salida de agua en bebedero, se presentan dos panoramas. El primero, en el que un flujo tan bajo como 100 mL/min mantiene un desempeño productivo similar a flujos de salida entre 350 y 1,100 mL/min (Nienaber y LeRoy, 1984). Y el segundo, en el que un flujo de 350 mL/min presentó afectaciones en el consumo diario de alimento (CDA) y ganancia diaria de peso (GDP) al compararse con tratamientos de 450 y 750 mL/min (Barber et al., 1989). Las diferencias entre ambos trabajos pueden explicarse por la relación entre fuentes de agua y cantidad de lechones que presentaba cada uno (1:3 y 1:5 respectivamente). Buscando tener la mejor relación entre consumo y desperdicio de agua sin afectar la productividad, Brumm (2010) recomienda un flujo de salida entre 250-500 mL/min para animales entre 5 y 30 kg.
Para el número de bebederos en corral, consideraremos la relación entre el número de fuentes de agua y la cantidad de cerdos en este. Brumm y Shelton (1986) determinaron que reducir la relación de fuentes de agua de 1:8 a 1:16 lechones no afectó productivamente a los animales. Sin embargo, se incrementó la variación del peso corporal en los corrales con relación 1:16. Por su parte, Brumm (2010) recomienda que para grupos mayores de 10 lechones (entre 15 y 20 animales), lo mejor es ofrecer dos fuentes de agua.
Para determinar el impacto productivo posterior a un evento de restricción del 100% al acceso de agua dentro de las 24h posteriores al destete, Horn et al., (2014) definieron que la limitación de agua tiene un efecto negativo más severo que una restricción de alimento, pues el estrés por deshidratación en los lechones generó letargia y afecciones productivas y fisiológicas a corto (7d) y mediano plazo (28d). De manera acumulada, en 28d el CDA se redujo significativamente (5 y 7%) y la GDP presentó una tendencia (7 y 10%) a ser menor contra el tratamiento control. Fisiológicamente el efecto de la restricción de agua generó un incremento significativo en las concentraciones séricas de cortisol (+48%), y una reducción en la expresión genética intestinal. Estas afecciones fisiológicas tienen un efecto en la activación de procesos inflamatorios en la mucosa del intestinal, favoreciendo permeabilidad intestinal y reclutamiento de células inmunitarias, incrementando la incidencia de diarrea.
Consideraciones para mejorar el consumo de agua
Como se pudo detallar anteriormente, asegurar que nuestro lechón aprenda a beber lo más rápido posible garantizará que este presente comportamientos asociados a consumo de alimento y mejorará su tasa de crecimiento. Para lograr estos objetivos recomendamos concentrar los esfuerzos en dos puntos principales.
a) Hacer “amigable” el cambio a bebedero.
Enseñarlos a beber. Es importante ofrecer un acceso visual a los bebederos desde que nuestros lechones entran al corral, aprovechando su comportamiento curioso, y llamando su atención mediante el goteo de los bebederos de chupón o llenado de la cazoleta del bebedero.
b) Asegurar el abasto de agua.
No podemos fallar el primer día. Asegurar el abasto de agua siempre es importante, sin embargo, evitar cuadros de deshidratación durante el primer día postdestete evitará afecciones productivas a corto y mediano plazo.
Flujo y fuentes de agua. Un flujo constante de agua entre 400 y 600 mL/minuto asegurará que no “matemos” de un susto a nuestros animales en su primer acercamiento a los bebederos, y también garantizará que estos pasen sólo el tiempo necesario “pegados” al chupón. Con estos rangos de flujo de agua garantizaremos el abasto de entre 10-12 lechones por fuente de agua, sin embargo, reducir este flujo requeriría incrementar las fuentes de agua en el corral.
Comprendiendo el consumo de alimento del lechón recién destetado.
El consumo de alimento determinará el desempeño y a su vez reflejará el estatus sanitario de los lechones al destete. Por lo tanto, es importante comprender la dinámica de factores que determinarán el consumo de alimento de nuestros animales en los días posteriores al destete. Como se mencionó en la introducción, el destete se encuentra estrechamente ligado a desórdenes digestivos asociados a fuertes cambios en la estructura y función del TGI, mismos que reducirán el CDA y por lo tanto la GDP en los primeros días postdestete, así como incrementar la susceptibilidad a agentes patógenos (Brumm et al., 2002). Por lo que las características del alimento ofrecido y la calidad de los manejos pre y postdestete serán cruciales.
El efecto de ofrecer a los lechones un alimento en una forma física completamente diferente a la que recibían por parte de su madre genera una respuesta de estrés que se refleja al dejar de comer. El consumo de alimento dentro de un grupo al destete cuenta con una gran variación durante los primeros días posteriores al evento, mismos que se han asociado a un periodo de subalimentación en el que el requerimiento de energía metabolizable no se alcanzará a cubrir en una proporción considerable de los animales hasta después de 5d postdestete (Brooks, 1999). Al explicar cómo se presenta el consumo de alimento durante las primeras horas posteriores al destete, se ha determinado que alrededor del 50% de los lechones han consumido alimento dentro de las primeras 4h postdestete. Sin embargo, cerca del 15% no lo ha hecho después de 48h (Bruininx et al., 2001).
En búsqueda de generar un proceso de adaptación al alimento y que este proceso sea menos exigente para los lechones, uno de los manejos predestete más practicados es la alimentación bajo la madre o creep-feeding. Este manejo busca predisponer desde edades tempranas a lechones lactantes al alimento físico, incitando el acondicionamiento del TGI y fomentando el consumo postdestete (Dong et al., 2007). Con el objetivo de cuantificar el beneficio de la implementación de este manejo, trabajos como el de Bruininx et al., 2002 han determinado que “educar” a comer al lechón lactante recorta significativamente el tiempo en el que los lechones realizarán su primer consumo de alimento, donde según el autor, el 100% de los lechones consumidores (creep-feeding) en lactancia habrían consumido alimento dentro de las primeras 20h postdestete, mientras que cerca del 35 y 10% de los animales que no lo consumieron o no realizaron el manejo seguían sin consumir alimento a las 20 y 48h postdestete respectivamente. Adicionalmente, como se presenta en la Gráfica 1, los lechones en “creep-feeding” presentaron en promedio mejoras productivas para CDA (+ 8.5%) y GDP (+ 7.2%) en el mediano plazo (28d postdestete).
Haciendo referencia a la presentación de alimentos considerados suculentos o de alta palatabilidad, una de las estrategias más comúnmente utilizadas en el desarrollo de alimentos preiniciadores, es la de mejorar las propiedades organolépticas del alimento (aroma, color, sabor y textura) mediante el uso de aditivos sensoriales. Para nuestros cerdos, el sabor y el aroma tienen una alta relevancia. De acuerdo con Reis de Souza (et al., 2005), los cerdos tienen la capacidad de distinguir, elegir y expresar preferencia por ciertos alimentos de acuerdo con el tipo de materias primas que se utilizaron en la elaboración de este. En cuanto al aroma, se ha demostrado que un gran número de genes presentes en el cerdo se encuentran asociados al sentido del olfato (Groenen et al., 2012), por lo que en conjunto el aroma y el sabor del alimento favorecerán la presentación de mejores consumos de alimento dentro de los primeros días posteriores al destete (Clouard y Val-Laillet, 2014). Considerando lo anterior, la alta sensibilidad a estímulos de sabor y aroma que nuestros animales detectan en el alimento deberá marcar la imperativa pauta de ofrecer constantemente un alimento fresco y libre de procesos de fermentación en comedero.
Es crucialmente importante en los efectos productivos a corto, mediano y largo plazo que el manejo del plan de alimentación y las características de cada uno de los alimentos que lo conformen permitan expresar la máxima capacidad productiva de nuestros animales. De acuerdo con Castañón et al., 2019, el diseño de un alimento preiniciador debe considerar aspectos múltiples como cubrir los elevados requerimientos nutricionales de la etapa productiva, incorporar ingredientes altamente digestibles, palatables y libres de factores antinutricionales, así como cuidar sus procesos de su manufactura. Todo esto con el objetivo de adaptarse al comportamiento del animal recién destetado, la funcionalidad y estructura TGI. Por último, el programa de alimentación deberá maximizar el consumo de alimentos durante la primera semana para así facilitar la transición a dietas más simples.
Otro punto será el comportamiento competitivo tan característico de los cerdos. En los primeros días postdestete naturalmente se realizarán peleas en los corrales que originarán reducciones en el consumo de alimento. Según Mota et al., 2014 las peleas tienen como finalidad el restablecimiento de jerarquías que tendrán por objetivo la formación de una organización social. Este punto fue descrito por Bruininx et al., 2001, definiendo que durante las primeras 24-48h postdestete se presentaran la mayor proporción de peleas por la jerarquía de corral. Adicionalmente, determinó que los cerdos más pesados en corral presentan una actitud más dominante en comparación con los ligeros, por lo que corrales homogéneos de animales pesados y medianos alargaron el periodo de establecimiento de jerarquías, y por lo tanto, redujeron su consumo de alimento
Resulta interesante que, en el mismo trabajo, cuando lechones medianos y grandes fueron alojados en corrales con pesos heterogéneos, éstos presentaron consumos de alimento significativamente mayores (34 y 130% respectivamente). En el caso de los lechones ligeros, mostraron una reducción del consumo de alimento del 15% cuando se alojaron en corrales con pesos heterogéneos (ver Gráfica 2). Lo anterior coincide con las conclusiones de Rushen, (1987), determinando que las peleas entre cerdos de pesos dispares son limitadas, ya que el tamaño corporal ejerce un efecto de dominancia. Tomando en cuenta lo anterior, se podría decir que lo que beneficia al cerdo pequeño no necesariamente es lo mejor para los animales más grandes.
En cuanto a la relación del consumo de alimento y los requerimientos de temperatura, no hay que olvidar que el lechón destetado no dispone de un mecanismo eficaz de termorregulación, debido al escaso espesor de su tejido adiposo subcutáneo, la delgadez de su piel y la falta de pelo. La grasa corporal en el lechón cumplirá dos funciones primordiales, 1) reserva energética y 2) aislamiento térmico corporal. Sin embargo, los bajos consumos de alimento característicos de los primeros días posteriores al destete contribuirán a que el cerdo experimente un balance de energía negativo por lo que un manejo inadecuado de temperaturas en la primera semana podría comprometer aún más la capacidad productividad de nuestros animales.
Para comprender la importancia de la temperatura ambiental con la que se recibe a los lechones inmediatamente después del destete, Le Dividich et al., 1980 cuantificaron el efecto de recibir lechones con temperaturas ambientales de 20, 24 y 28°C (24.8d edad) durante la primera semana postdestete. En sus resultados se reportó un incremento lineal en la producción de calor de los lechones cuando la temperatura ambiental cae de 28 a 20°C. En cuanto a las variables productivas (ver Gráficas 3a y 3b), el CDA de la primera semana es similar entre tratamientos, sin embargo, la GDP presentó un incremento prácticamente nulo (< 10 g/d) para lechones recibidos con una temperatura de 20°C. Este efecto en la GDP sugiere que una parte importante de las calorías consumidas en alimento fueron metabolizadas para producir calor, lo que limitó la ganancia de peso en temperaturas bajas. Por último, la prevalencia de lechones con diarrea se incrementó en 96 y 79% a 20 y 24°C respectivamente.
Consideraciones para mejorar el consumo de alimento.
De acuerdo con lo que se detalló, existirán diversos factores estresantes, fisiológicos, ambientales y del alimento que afectarán el tiempo en el que nuestros lechones comenzarán a consumir alimento en las cantidades que esperamos. Reflexionando en este punto, recomendamos concentrar los esfuerzos en tres puntos principales.
a) Estimular constantemente (se trata enseñarlo a comer).
Educación predestete (Creep-feeding). Con el objetivo de presentar consumos más altos inmediatamente después del destete y dentro de las primeras 48h, se ofrecerá alimento especializado a partir del periodo de lactancia, evitando ofrecer en exceso con el objetivo de presentar siempre alimento fresco.
Servir “poco, frecuente y creciente”. Realizando entre 4 y 5 servidas por día, especialmente durante las 48h postdestete, asegurando así invariablemente en comedero alimento fresco e incrementando en cantidades progresivas dependiente del consumo observado.
b) Cuidar el comedero.
Recuerda, los lechones son altamente sensibles a sabores y olores. Es importante presentar comederos limpios, libres de moscas y alimento fermentado. Hay que puntualizar que se busca llamar la atención de los lechones mediante el ofrecimiento de un alimento suculento, y para que este alimento mantenga esta característica, este deberá conservar sus propiedades de sabor y olor.
c) Ofrecer ambientes amigables.
Competencia en corral. Sabemos que nuestros cerdos son altamente competitivos, y que el comportamiento jerárquico resulta ser dependiente del tamaño de cada lechón. Por lo que ofrecer ambientes que reduzcan las peleas y competencia, así como entender la dinámica social por efecto del tipo de lotificación, será de vital importancia para fomentar un consumo rápido de alimento postdestete.
Temperatura ambiental. Es importante desarrollar la capacidad de observar actitudes y comportamientos asociados a la sensación de frío, como amontonamientos, presentación de tremores, reducido contacto con el suelo al echarse a descansar y cambios en el consumo de alimento que sean indicativos de malestar térmico asociado a temperaturas bajas (< 28°C).
Comentarios finales
Un gran número de granjas buscan incrementar los consumos de alimento en este periodo, sin embargo, pareciera que en general no contamos con objetivos claros, alcanzables y/o medibles. Es vital que identifiquemos cuál es la realidad actual de cada una de nuestras granjas para determinar qué manejos y prácticas nutricionales deberán ser implementados como procedimientos de rutina.
Por último, todas las estrategias mencionadas anteriormente, estarán enfocadas en mantener la continuidad del consumo de nutrientes de los lechones. La buena noticia es que el grado de éxito que tengamos en este periodo de desafío dependerá de la calidad de manejos que demos a nuestros animales. Por anterior, podemos aterrizar nuestros cuidados en dos afirmaciones a manera de puntos:
♦ Un lechón que bebe será un lechón que come.
♦ Un lechón que come será un lechón que produce.
Bibliografía